Ya hemos hablado en este blog de lo importante que es aprender a tirar las cosas que ya no necesitamos. Sabemos que para algunos no resulta nada fácil desprenderse de sus pertenencias. En Ordenarte somos muy fans de DONAR en lugar de TIRAR lo que ya no utilizamos, pero hoy queremos ofreceros una alternativa diferente. ¿Qué os parece si organizáis un mercadillo para vender o intercambiar ropa con otras personas, como amigos o familiares?
A la española
En EEUU y otros países ésta es una práctica muy extendida pero, a falta de porches y jardines donde montar un puestecito, mis amigas y yo nos hemos inventado nuestra propia versión.
Cuando termina una temporada, el verano por ejemplo, toca sacar la ropa de invierno que teníamos guardada del año pasado. Entre toda esa ropa seleccionamos lo que queremos que vuelva a entrar en el armario esta temporada, y lo que no queremos (porque ya no nos gusta o porque nos hemos cansado de ella) lo metemos en bolsas grandes.
Cuando todas las amigas tenemos las bolsas preparadas nos juntamos en una casa y comenzamos nuestro ‘mercadillo’. Esto consiste básicamente en saquear las bolsas seleccionar las prendas que más te gustan para volver a llenar tu armario. Es importante hacer esto cuando ya tienes tu ropa de invierno colocada. Así sabes qué cosas tienes y qué cosas necesitas.
El mercadillo no es una excusa para pillar todo lo que puedas, si no una forma barata y sencilla de irte de compras sin gastarte ni un euro. Así que recuerda coger solamente lo que necesitas!
La regla de oro
Hay una regla de oro en este proceso. Si a dos amigas les gusta la misma prenda será el resto del grupo quien elija quien se la queda. “Esa camiseta le pega más a Cris” o “esta blusa es más del estilo de Alicia” son las frases que se suele escuchar para cerrar el debate.
[…] Hoy os contamos un genial iniciativa en la que Ordenarte viene colaborando desde hace dos ediciones. De Armario a Armario es una iniciativa que nace en Valencia de la mano de Mariola Marcet, una joven que harta de ver su armario lleno de ropa que no utilizaba en temporadas enteras pensó… “¿y por qué no intercambiar la ropa que no me pongo?” […]